viernes, 24 de febrero de 2017

ATZOMPA LA NUEVA ZONA ARQUEOLÓGICA

El 18 de septiembre de 2012 fue inaugurado y abierto al público el Conjunto Monumental de Atzompa, ubicado en la cumbre del cerro El Bonete. Desde 1936 se tenía noticia del sitio gracias a las primeras exploraciones realizadas por el arqueólogo Jorge R. Acosta, miembro del equipo de Alfonso Caso durante el Proyecto Monte Albán. Fue en el 2007 cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia comenzó la investigación formal.


 Se determinó que el sitio era un asentamiento de al menos dos importantes familias zapotecas de Monte Albán. Fue habitado desde el 250 hasta el 900 d. C., siendo el periodo de máximo esplendor entre el 500 y el 800 d. C. Por un horno de cerámica hallado en las inmediaciones de la Casa de los Altares, y por los restos arqueológicos encontrados, se infiere que la alfarería atzompeña data desde esas fechas precolombinas hasta la actualidad.
El conjunto monumental de Atzompa, posiblemente fundado en el año 650 y abandonado en el 850, exhibe un núcleo dividido en cuatro terrazas principales. Dentro de la zona se han localizado y documentado 438 terrazas habitacionales, 30 montículos, 13 plazas, un adoratorio, y 3 juegos de pelota, uno de los cuales mide 45 m de largo por 22 m de ancho. Sus 2 palacios, la Casa Oriente y la Casa de los Altares, sus 8 unidades habitacionales y sectores de cantera de roca para la construcción del sitio, convierten este conjunto en el segundo más grande de los Valles Centrales.
El descubrimiento de un horno para cerámica y un complejo funerario zapoteco compuesto por tres cámaras mortuorias, también reveló importantes aspectos de la vida íntima de sus habitantes. Una de estas recamaras se encuentra bellamente decorada con pinturas murales relacionadas con el juego de pelota. En el interior de las tumbas, además de valiosas ofrendas, urnas y vasijas, se hallaron los restos de un alto personaje.




EL TESORO DE LA TUMBA SIETE DE MONTE ALBÁN

Es una construcción funeraria de Monte Albán, zona arqueológica localizada en la cima de un cerro que domina los Valles Centrales de Oaxaca (Oaxaca, México). Se trata de un enterramiento célebre porque en su interior se encontró la mayor cantidad de objetos mesoamericanos hasta la fecha. Aunque Monte Albán fue una ciudad fundada por los zapotecos, fue abandonada por este pueblo hacia el siglo IX de nuestra era, y reutilizado más tarde, como cementerio de las élites mixteco-zapotecas que dominaron Los Valles durante el Posclásico Temprano.
La Tumba 7 fue descubierta por Alfonso Caso Andrade el 9 de enero de 1932. Aunque los zapotecos eran conocidos por sus costumbres funerarias que incluían el enterramiento de importantes personajes acompañados de ricas ofrendas de cerámica y objetos preciosos, el repertorio de objetos hallados por Caso en Monte Albán era de índole distinta. Numerosos eran los objetos de oro que se encontraron en el lugar, incluido algunos famosos pectorales de oro trabajados en técnica de filigrana, que son también piezas muy conocidas de la orfebrería mesoamericana precolombina. Entre estos se encuentran los pectorales del Dios de la Muerte y del Dios del Sol.
El estilo de estos objetos y otros asociados —cráneos esculpidos en cristal de roca, tallas en hueso, máscaras de turquesa, cerámica— era bastante distinto de las características de los objetos zapotecos. Muy tempranamente Caso y sus colaboradores —entre los que se encontraban Jorge Ruffier Acosta e Ignacio Bernal y García Pimentel— asociaron los descubrimientos de la Tumba 7 a la cultura mixteca, en contra de las hipótesis adelantadas fuera de México, según las cuales, los objetos que formaban parte de la ofrenda tenían una influencia maya primitiva.